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viernes, 22 de octubre de 2010

GRACIAS POR CREER EN MI

Hola de nuevo mi gente bella!!! Que feliz estoy de poder reencontrarme desde este espacio con cada uno de ustedes!!! Lamento el abandono pero aquí estoy de nuevo, dispuesta a trabajar fuertemente y de corazón por todos nuestros ANGELES EN LA TIERRA!!!. Hoy a modo de reflexión y en el marco del inicio del año escolar, he decidido compartir con todos una hermosa historia que no es de mi autoría pero que tocó mi alma desde las primeras líneas. Esta lectura me fue recomendada por la abuelita de mis hijos, espero la disfruten, analicen e interioricen tanto como yo y aunque su título es totalmente diferente al que yo utilicé para enviar este mensaje, me parece que refleja muy bien su contenido... Y se titula:

LA SEÑORA THOMPSON

Al inicio del año escolar una maestra, la señora Thompson, se encontraba frente a sus alumnos de quinto grado. Como la mayoría de los maestros, ella miró a los chicos y les dijo que a todos los quería por igual. Pero que gran mentira, porque en la fila de adelante se encontraba, hundido en su asiento, un niño llamado Jim Stoddard. La señora Thompsosn lo conocía desde el año anterior, cuando había observado que no jugaba con sus compañeros, que sus ropas estaban desaliñadas y que parecía siempre necesitar un baño. Con el paso del tiempo, la relación de ambos se volvió desagradable, hasta el punto que ella sentía gusto de marcar las tareas del niño con grandes tachones rojos y ponerle cero.

Un día, la escuela le pidió a la señora Thompson que revisara los expedientes anteriores de los niños de su clase y ella dejó el de Jim de último. Cuando lo revisó, se llevó una gran sorpresa:

La maestra de Jim en el primer grado había escrito: "Es un niño brillante con una sonrisa espontánea. Hace sus deberes limpiamente y tiene buenos modales; es un deleite estar cerca de él" .

La maestra del segundo grado puso en su reporte: "Jim es un excelente alumno, apreciado por todos sus compañeros, pero tiene problemas debido a que su madre sufre una enfermedad incurable y su vida en casa debe ser una constante lucha".

La maestra de tercer grado señaló: "La muerte de su madre ha sido dura para él. Trata de hacer su máximo esfuerzo pero su padre no muestra mucho interés y su vida en casa le afectará pronto si no se toman algunas acciones".

La maestra de cuarto escribió: "Jim en descuidado y no muestra mucho intérés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme en clase."

La señora Thompson se dió cuenta del problema y se sintió apenada consigo misma. Se sintió aun peor cundo, al llegar navidad, todos los alumnos le llevaron sus regalos envueltos en papeles brillantes y con preciosos listones, excepeto Jim; el suyo estaba torpemente envuelto en el tosco papel marron de las bolsas de supermercado. Algunos niños comenzaron a reirse cuando ella sacó de esa envoltura un brazalete con piedras al que le faltaban algunas y la cuarta parte de un frasco de perfume. pero ella minimizó las risas cuando exclamó: "Que brazalate tan bonito", mientras se lo ponía y rociaba perfume en su muñeca. Jim Stoddard se quedó ese día después de clases solo para decir: "Sra Thompson, hoy usted olió como mi mamá olía". Despue´s que los niños se fueron, ella lloró por largo rato. Desde ese día renunció a eseñar solo lectura, escritura y aritmética y comenzó a enseñar valores, sentimientos y principios. le dedicó especial atención a Jim. A medida que trabajaba con él, la mente del niño parecía volver a la vida; mientras más lo motivaba, mejor respondía. Al final del año, se había convertido en uno de los más listos de la clase. Apesar de su mentira de que los quería a todos por igual, la señora Thompson apreciaba especialmente a Jim. Un año después, ella encontró debajo de la puerta del salón una nota en la cual el niño le decía que era la mejor maestra que había tenido en su vida.

Pasaron seis años antes de que recibiera otra nota de Jim; le contaba que había terminado la secundaria obteniendo el tercer lugar en su clase y que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en su vida.

Pasaron cuatro años después y llegó otra carta; esta vez Jim le contaba que después de haber recibido su título universitario, había decidido ir un poco más allá. le reiteró que había sido su mejor maestra. Ahora su nombre era más largo; la carta estaba firmada por el Doctor James F. Stoddard, M.B.

El tiempo siguió su marcha, en una carta posterior Jim le decía a la señora Thompson que había conocido a una chica y que se iba a casar. Le explicó que su padre había muerto hacía dos años y se preguntaba si ella accedería a sentarse en el lugar que normalmente está reservado para la mamá del novio. Por supuesto, ella aceptó. Para el día de la boda, usó aquel viejo brazalete con varias piedras faltantes y se aseguró de comprar el mismo perfume que le recordaba a Jim su mamá. Se abrazaron, y el Doctor Stoddard susurró al oído de su antígua maestra:

"Gracias por creer en mí. Gracias por hacerme sentir importante y por enseñarme que yo podía hacerla diferencia."
La señora Thompson con lágrimas en los ojos le contestó:
"Estas Equivocado Jim, fuiste tú quien me enseñó que yo podía hacer la diferencia. No sabia enseñar hasta que te conocí."

Bueno amigos... Así concluye esta hermosa historia, espero le haya gustado... Seamos la diferencia y creamos en nuestros niños! Se les quiere besos y abrazos!!!

DIANA CASTRO
NIÑOS AUTISTAS... ANGELES EN LA TIERRA
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